Todo lo que no sea ver a la Señora en su camarín presidiendo el altar mayor de la Iglesia de Dolores será una decepción. Bueno ya es una decepción porque el otro día cuando pasé por allí ya vi el invento raro ese que quieren hacer. No tiene ni pies ni cabeza. Y no es cuestión de gusto. Es cuestión de recuperar lo que había antes, y cuando digo antes, no me refiero a antes de cerrar la Iglesia hace siete, ocho o los años que fueran.
Así es como tiene que estar (y no me refiero al retablo y a todo lo demás. Me refiero a la presencia y el lugar en donde tiene que estar la Virgen de Dolores, la que le da el nombre al templo). Lo demás son cuentos chinos y una gran decepción. Si queremos recuperar lo de antes no nos quedemos a medias, o solo con la parte que interesa. Lo demás es vender humo.
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