Cuestión de gusto. Mirar la Virgen de las Angustias y mirar la Virgen del Rocio. Mirar como prepararon san Julian en su día mirar las exquisitez de la catedral de Sevilla. Barbaridad de bonita.
Y no estoy hablando de calidad. Estoy hablando de gusto, saber hacer y asesorarse y preparar a una Hermandad y a una ciudad durante año y medio con constantes actos preparatorios para llegar a este punto. Una coronación canónica no es solo poner una corona sino todo lo que rodea a la coronación canónica.
Espero que cuando le toque a mi querida Virgen de Dolores (que espero que sea más pronto que tarde, pues ya hubo varios intentos varios años) preparen algo con gusto y criterio. Me conformo con eso.
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