El obispo no acepta a Carlos Cal y nombra Comisarios en la Soledad

Se hizo esperar, pero Llegó. Al fin hoy hemos conocido la decisión del Obispo que deja sin efecto las elecciones realizadas hace unas semanas en la Cofradía de la Soledad y el nombramiento de Carlos Cal como Hermano Mayor, lo cual iba en contra de los estatutos de la propia Cofradía y el derecho canónico, en donde en ambos casos recoge la imposibilidad de que permanezca o incluso gobierne una Cofradía alguien que fuera expulsado de otra. 

Por tanto, y hasta que no se aseguren unas próximas elecciones en las que si se den las circunstancias necesarias para poder llevarse a cabo conforme estipulan los Estatutos, el Obispo nombra como Comisarios al anterior Hermano Mayor en Funciones, José Evia y al Delegado Diocesano de Cofradías Cándido Otero.

Lo que no entiendo es el nombramiento de estos Comisarios. Como sino hubiera más gente alrededor de la faz de la tierra para ejercer como tales. Es decir, que al margen de no permitir el nombramiento de nuevo Hermano Mayor, que es importante por las irregularidades que presentaba, la Cofradía seguirá en la misma deriva que lleva desde hace años y con la misma persona. No son capaces desde Miramar de aprovechar la situación para dar un golpe de timón a la Hermandad y darle un rumbo mejor y diferente. Es tremendo 

A continuación os dejamos la resolución del Obispo:

La comedia de todo esto radica en que la no validez del proceso no se debe a que la expulsión que de otra Cofradía pesa sobre el señor Cal. Se debe, según el artículo al que hace mención la resolución del obispo, a asuntos que tienen que ver con el proceso en las mencionadas elecciones (artículo 26 y aspectos del censo). Nada sobre el artículo que hace mención precisamente a que un cofrade expulsado de una Hermandad no pueda estar o dirigir  otra, tal y como sí apunta el artículo Artículo 10, apartador f, de los mismos Estatutos de la Cofradía de las Soledad. En fin.... vaya forma más sutil de engañar a la gente y de no llamarle a cada cosa por su nombre. Luego nos dicen que mentir es pecado. Bendito ejemplo nos brinda Miramar. Una vez mas, claro. Ya van unas cuantas. Como nos gusta tapar la "mierda"