No hay como verle las orejas al lobo. Nunca mejor dicho. Eso es lo que le está ocurriendo a la Cofradía de la Soledad. Quiere rectificar los fallos del pasado, lo cual me parece bien, y durante estos días, su Hermano Mayor, Carlos Cal, teléfono en mano, se está dedicando a llamar a "filas" a cofrades de la Soledad de siempre, que por diferentes circunstancias, casi todas por no estar de acuerdo con la deriva de la Cofradía y la forma de dirigirla, decidieron marcharse. Claro que en la mayoría de los casos, las respuestas están siendo negativas, entre otras cosas, porque la mayoría no está de acuerdo con la presencia como tal, del nuevo Hermano Mayor, que no genera confianza, sobre todo en los cofrades de la Soledad de toda la vida.
Lo cierto es que hay que sacar dinero de donde sea, y las cuotas de cofrades también cuentan. Y ese es uno de los motivos de esta llamada a "filas". Eso y la marcha de uno de sus mayores mecenas en los últimos años, tal y como y habíamos informado en artículos anteriores. Supongo que cada un tiene lo que siembra.

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